Grupo
Nebrija Geomática Aplicada (4D-GIS)

Responsable (IP): Luis Izquierdo Mesa.

Integrantes:
Luis Izquierdo
Mesa (IP): Doctor en Cartografía GIS y
Teledetección por la Universidad de Alcalá.
Master en Urbanismos y Ordenación del Territorio
(U. San Pablo CEU). Licenciado en Geografía
por la Universidad de Navarra. Profesor a tiempo completo
en la Universidad Antonio de Nebrija en el departamento
de Ingeniería Informática, donde imparte
clases de Metodología y Técnicas de
Programación y dirige varios proyectos de investigación
en el ámbito de la Geomática. Es Consultor
en el área de Geointeligencia en Naciones Unidas
(departamento de cartografía, base logísitica
de Naciones Unidas en Bríndisi, Italia).
Francisco Marzal
Baró: Licenciado en Ciencias Matemáticas
por la Universidad Complutense de Madrid. Máster
en Diseño Industrial (Universidad Nebrija).
Máster en Minería de Datos (Datamining)
por la UNED. Profesor a tiempo completo en la Universidad
Nebrija, departamento de Informática. Tiene
amplia experiencia como consultor en la empresa privada
en el sector de las Tecnologías de la Información.
Ha participado en varios proyectos de I+D de los que
el más relevante ha sido la simulación
del movimiento de cuerpos rígidos sobre Google
Earth, proyecto financiado por la empresa Next Limit.
Alider Cragnolini: Posee el título máximo de Arquitectura
y Urbanismo, master en Sociología y posgrado
en Relaciones Internacionales. Ha trabajado como investigador
y profesor en centros universitarios de varios países
y organismos internacionales. En España, ha
trabajado en temas de política científica
y tecnológica, y cooperación científica
internacional en el CSIC. En el INTA, se ocupa actualmente
de programas corporativos y relaciones internacionales
en el sector aeroespacial. Es miembro de COPUOS, del
Task Group de UN SPIDER, ESPI y EURISY, entre otros.
Ha publicado libros, artículos y resultados
de investigación, presentado sus trabajos en
congresos, seminarios y conferencias.

Relevancia del tema
En la última década
se han producido más de 3.000 fenómenos
naturales que – en forma de huracanes, terremotos,
inundaciones y erupciones volcánicas –
causando grandes devastaciones que han afectado a
todo tipo de países. Según estimaciones
de la ONU, se han originado pérdidas económicas
valoradas en unos 60 mil millones de euros anuales,
cifra equivalente al PNB de países como Chile
o Nueva Zelanda. El efecto devastador en la población
alcanza proporciones espantosas, tanto por la pérdida
de vidas como por la enorme masa de damnificados que
queda como secuela. En los últimos 10 años
se produjeron más de 830.000 víctimas
mortales; por cada una de ellas se contabilizaron
unos 10.000 afectados. Esto supone que para ese período,
al menos 1 entre 25 habitantes del Planeta se ha visto
afectado por este tipo de desastres.

Objetivos Generales
Gestionar la protección
de la población es la meta principal de toda
política de reducción del impacto de
las catástrofes, de acuerdo con las recomendaciones
del Marco de Acción de Hyogo (2005/2015), establecido
por la EIRD/ONU (Estrategia Internacional para la
Reducción de Desastres).
El diseño de mecanismos
de actuación en caso de emergencias es la forma
idonea de proceder, comenzando por las fases de preparación
hasta llegar al momento de la activación de
los servicios de emergencia. La magnitud del desastre
puede movilizar recursos de actuación a escala
local, regional e incluso internacional. En general,
la instancia más inmediata es la primera en
activar una respuesta, siendo el tiempo de reacción
un factor primordial para reducir el impacto letal
de la catástrofe.
A partir de ese momento
tiene lugar un cruce/intercambio de información
entre los agentes que actúan con distinto grado
de responsabilidad, relación y proximidad respecto
del evento. Se requiere entonces asegurar un grado
de optimización en el trabajo de todos, que
garantice el máximo aprovechamiento del factor
humano.

Definición de requerimientos
Además de una información
adecuada y precisa y de un mecanismo de actuación
establecido y probado, es imprescindible contar con
una herramienta idónea para conectar la información
disponible con los recursos necesarios (materiales,
humanos, etc).
Esta herramienta - concebida como
interfaz entre lo que se tiene (o se conoce), con
lo que se necesita (o se ignora) - es de gran relevancia
en los primeros momentos posteriores al evento sobrevenido,
ya que contribuye a incrementar la certidumbre y reducir
los tiempos de respuesta. El producto resultante de
esta interacción entre la contingencia, la
información y la actuación en la emergencia
es un mapa de crisis, que hace las veces de un modelo
en tiempo real sobre el estado de la situación.
Todos los agentes situados en la cadena
de respuesta a la emergencia (decisores, gestores,
operadores, agentes en el terreno, etc), contribuyen
a configurar el mapa de crisis y se sirven de él
para orientar su acción a distintos niveles
de actuación.
Si bien los recursos tecnológicos
disponibles aseguran actualmente una dotación
de medios para obtener información apropiada
y de la calidad, resulta imprescindible asegurar la
adecuada gestión de una crisis mediante procedimientos
que permitan optimizar la relación entre los
agentes implicados y de éstos con las fuentes
de suministro de información: georreferenciada;
satelitaria; in situ; etc.
Por tanto, adoptar definiciones compartidas, construir
protocolos, determinar procedimientos, e incluso establecer
bases ontológicas de análisis, son requisitos
fundamentales para propiciar una fluida relación
hombre/máquina.

Líneas de trabajo
Este grupo de investigación
profundizará en la identificación de
tecnologías apropiadas y en el diseño
de fórmulas de actuación para el trazado
del mapa específico de la crisis.
Este objetivo se traduce en varias
líneas de investigación:
1 Utilización
de tecnologías de libre acceso para la gestión
de emergencias:
1.1 Uso de sistemas
de navegación (GPS, Galileo, Glosnast) para
la georreferenciación de necesidades y la
asignación de recursos.
1.2 Utilización de la plataforma
Google Earth para la localización de los
elementos componentes del mapa de crisis.
1.3 Diseño o reutilización
de protocolos basados en XML para el intercambio
de información persona-máquina-persona
(CAP, EDXL, HAVE).
1.4 Utilización de sistemas
de georreferenciación alternativos (GPRS,
MDT, visión artificial, etc).
2 Definición
de interfaces entre el usuario y el dispositivo de
intercambio de información que optimicen la
interacción de ambos, con el objetivo de asegurar
la calidad de los datos, y reducir los tiempos de
respuesta:
2.1 Uso de Realidad
Virtual y realidad Virtual Aumentada con un doble
objetivo:
2.1.1 Proporcionar
a los agentes responsables de toma de decisiones,
una más completa inmersión en el
teatro de operaciones.
2.1.2 Procesamiento continuo
de la información procedente del terreno
y su representación cambiante para que
los equipos de primeros auxilios actúen
con una referencia precisa de la evolución
de la emergencia.
2.2 Aplicación
del reconocimiento gestual para optimizar la interactividad
hombre-máquina.
3 Análisis
de las oportunidades ofrecidas por la utilización
de pequeñas plataformas en órbita baja
(LEO) en misiones de corta duración (20-30
días), para ser asignadas a la observación
de la tierra y como sistema alternativo de comunicaciones
ante una determinada emergencia, constituyendo un
buffer independiente, exclusivamente dedicado a la
gestión de la crisis.
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